Todos y cada uno de los elementos de la naturaleza (hasta una brizna de hierba) pueden sorprender si se es capaz percibir como interactúan entre sí.
Y una gran ayuda para acometer esta labor la proporcionan las leyendas.
Se sabe, gracias a técnicas científicas avanzadas, que las plantas reconocen y perciben el odio y el amor del ambiente que las rodea.
Todos los seres de este planeta, en sus manifestaciones de vida, están interrelacionados, resulte evidente o no.
Siempre que les suceda a ellos algo, le sucede a toda la humanidad.
El reino vegetal y animal están unidos por lazos invisibles y no darse cuenta de esta verdad implica desconocer el lugar que ocupamos en el universo.
VADEMÉCUM VEGETAL
Dentro de las leyendas populares se fue generando toda una farmacopea insólita concentrada en una lista de hierbas medicinales, benéficas y maléficas que debían ser recogidas en tal o cual momento. Incluso se ha llegado a afinar tanto que, dentro de su simbolismo y magia, casi existe una especie de vademécum vegetal dedicado a las más curiosas actividades. Por poner tan solo unos ejemplos, existen:
- Plantas que se emplean para consultar el futuro: amapola, margarita...
- Plantas que sirven para pronosticar el tiempo: almendro, junco, lirio, malva, mimbre...
- Plantas que se usan contra las tormentas y los rayos: ajo, laurel, tomate, tomillo...
- Plantas que sirven para evitar el mal de ojo: amapola, ajo, albaca, laurel...
Otras especies supuestamente dan muy mala suerte: los cactus, y la hortensia. Entre los árboles: la higuera, el nogal y el ciprés.
Algunas especies son ambivalentes, proporcionando buena o mala suerte siempre desde el punto de vista de la persona afectada. Serian el perejil, el laurel y el trébol. Curiosamente, los llamados siete magníficos, es decir, ajo, cebolla, col, limón, manzana, uva y zanahoria, reconocidos por muchos expertos como los vegetales que más beneficios aportan en 1a dieta diaria, están llenos de variadas leyendas
Perejil
Elemento tan cotidiano como el perejil ha dado origen a diversas supersticiones tanto de signo positivo como negativo, ya que es un símbolo de muerte pero también de resurrección. Tiene fama de hierba misteriosa porque sus semillas tardan mucho en germinar y de esta circunstancia ha surgido el dicho”: van siete veces con el diablo y vuelven otras siete antes de germinar”. Para contrarrestar este posible influjo malévolo se recomienda sembrar perejil el día de Jueves Santo y poner un poco perejil a San Pancracio, porque dicen que atraerá dinero (1as mismas virtudes que se atribuyen a la llamada planta del dinero.
Los gladiadores llevaban perejil en la creencia (a veces inútil) de1es daba fuerza y astucia. Sin embargo, da mala suerte regalar perejil, aunque se desconoce el motivo.
Laurel
Igual que la margarita, el laurel tiene su origen en la metamorfosis de una ninfa (Dafne).
El recurso de transformarse en plantas era un método muy utilizado por las bellas ninfas para escapar del acoso sexual de algún lascivo Dios del
Olimpo.
Apolo, el galán que la cortejaba, al comprobar su fracaso, dijo a Dafne: Si no puedes ser mi amante, me serás consagrada eternamente. Tus hojas serán siempre verdes y con ellas me coronare.
Así consiguió que la ninfa Dafne y el laurel pasaran a ser una misma cosa y que se consagrara este árbol de hoja perenne a Apolo. De este mito surgió una forma de magia adivinatoria: la dafnomancia, muy usada en la antigüedad, que consistía en arrojar al fuego una rama seca de laurel. Si chisporroteaba era buen presagio; si ardía sin hacer ruido, era de esperar algo malo.
Se mascaban hojas de laurel para ayudar a entrar en trance y adquirir el don de la profecía. Así lo hacían las pitonisas, las sibilas y las sacerdotisas.
El laurel, al igual que las plumas de águila y la piel de foca, protegen contra el rayo, que nunca cae sobre ellos.
lunes, 5 de noviembre de 2007
Historias que las plantas nos cuentan
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