lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Podemos huir del destino?

Frecuentemente recibo en la consulta la pregunta de si es posible controlar, evitar o cambiar el destino, e invariablemente mi respuesta es "no".
Por qué nos surge esa pregunta: porque tenemos miedo.

Estamos tan acostumbrados a pretender dirigir nuestra vida desde el ego (según la idea que tenemos de cómo necesitamos vivir y de lo que necesitamos vivir), que cualquier circunstancia que no coincida con el guión egoico provoca en nosotros rechazo, negación, molestia y evitación.
Una pregunta que suelo hacer a mis consultantes es: ¿hasta ahora y pretendiendo guiar tu vida según tu guión, te ha ido bien, eres feliz?

Si tú te haces la misma pregunta, ¿cuál es tu respuesta?
Tal vez respondas "en algunos momentos soy feliz" o "hay personas que viven peor que yo" o "tengo todo para sentirme en plenitud ... pero" o "en algunas áreas me siento bien" o (aquí añade tus propias respuestas).

Sin embargo querido/a amigo/a, existe un detalle: tu Alma anhela que no te resignes con medianías y que seas total y completamente feliz. Y atendiendo a ese anhelo, antes de tu actual reencarnación elaboró un plan de vida con múltiples sucesos e insucesos, encuentros y desencuentros, éxitos y fracasos, alegrías y tristezas, cumbres y abismos. Eso, es precisamente tu destino. El destino no es otra cosa que la "actuación" del guión que escribió tu Alma inspirada en el Amor incondicional que siente hacia ti. El problema es que tu ego (la parte de tu mente que funciona desde el miedo y el afan de control), percibe cada circunstancia molesta como una amenaza y una injusticia y te incita a que te rebeles e intentes evitarla o huir.

El ego se basa sólo en la inmediatez, en el hoy.

Tu Alma se basa en su conocimiento de la eternidad y "sabe" lo que realmente necesitas.
Recuerdo algo que viví hace unos tres años y que me sirvió como aprendizaje. Andrés mi hijo menor (en ese entonces tenía 10 años) una mañana se despertó y me dijo que no quería ir a la escuela porque no tenía ganas. ¿Qué hice?: lo obligué a levantarse y concurrir a clase.

Probablemente el ego de mi hijo le hizo pensar que su padre era un insensible y autoritario, por forzarlo a hacer lo que no quería. Y sin embargo, hice lo que hice guiado por mi profundo Amor hacia él. No me basé en su desgano de ese día, sino que pensé en su desarrollo futuro.
Hoy, mi hijo reconoce que hice lo correcto y me agradece que le haya ayudado a superar su tendencia al "no tengo ganas y por tanto no lo hago".

Tu Alma actúa como un padre amoroso y lo que tiene en cuenta a la hora de establecer tu destino, no es lo que quieres sino lo que necesitas.
La Vida es un puzzle compuesto por experiencias contrastantes, por claros y oscuros, por pesares y alegrías y necesitamos de todas las piezas del puzzle para poder cumplir con la finalidad para la que estamos aquí: aprender, corregir y evolucionar.

Por otra parte, por mucho que hagas para huir de tu destino no lo lograrás. Es más, todo lo que intentes en ese sentido será (más allá de que momentáneamente parezca que lo lograste), un camino que te conducirá inexorablemente a encontrarte con lo que tu Alma determinó para ti.

En una feria de Montevideo Juan y Pedro, dos amigos entrañables, se encuentran. Al ver a Pedro, Juan se asombra ante la expresión de terror en el rostro de su amigo y le pregunta qué le sucede. Pedro le cuenta que unos minutos antes se encontró con su muerte mientras paseaba por la feria y que su muerte le había saludado agitando una mano. Eso, comprensiblemente le había causado un estado de profundo pánico.

Juan se compadeció de su querido amigo y le entregó las llaves de su veloz automóvil diciéndole que si se apresuraba, en seis horas más estaría en la ciudad de Rivera al otro extremo de Uruguay.

Una vez que Pedro parte raudamente en el automóvil, Juan continúa recorriendo la feria y se topa con la muerte de Juan.
Llevado por la ira que le causó ver tan mal a su querido amigo, le preguntó a la muerte por qué lo había asustado y la muerte le respondió:
- Mi intención no fue asustarlo. Simplemente lo saludé porque me asombró encontrarlo aún aquí, cuando ya tenemos fijada una cita dentro de seis horas en la ciudad de Rivera.

Este cuento es muy ilustrativo respecto a como queriendo evitar el destino, vamos a su encuentro.
¿Y qué puedes hacer entonces con tu destino? Varias cosas excepto huir de él, algo que además, sería un completo desatino puesto que tu destino es siempre lo mejor que puedes vivir.

• Confiar en que por más que no coincida con lo que supones que necesitas vivir, es el fruto del Amor incondicional de tu Alma.
• Confiar en que, al ser el fruto del Amor, te conducirá a un estado mejor que el actual.
• En vez de quejarte, maldecir o lamentarte, dedicarte a descubrir el "tesoro oculto", la finalidad positiva escondida a veces tras una fachada de molestia o dolor.
• Dejar de lado la búsqueda del "por qué" (que sólo te conduciría a falsas conclusiones) y abocarte a la búslqueda del "para qué es esto".
• Pensar acerca de la circunstancia que estás viviendo y preguntarte si ya la has vivido anteriormente aunque tal vez con matices diferentes. ¿Será la misma lección que en otra oportunidad te resististe a aprender?
• Y sobre todo y por sobre todo: CONFIAR. Confiar en que el Amor conoce cuáles son los mejores caminos para que llegues a él.

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